Luego de que su ofensiva sobre Veracruz se desinfló por la mala apuesta a favor de Miguel Angel Yunes y el efecto negativo del desprestigio del ex priísta y gordillista, la atención de Madero se centra en las capitales de Oaxaca y Puebla y en la gubernatura de Baja California.

En Oaxaca las cosas se presentan mal para la alianza PAN-PRD por la falta de expectativas del candidato aliancista Francisco Reyes, pero sobre todo por la fractura en la coalición: Movimiento Ciudadano, que fue el pivote del gobernador Gabino Cué Monteagudo, se salió de la alianza y va con un candidato de la vieja guardia local y con ello fragmentará el voto. Por lo demás, el candidato de la alianza a alcalde de la capital fue una posición del senador panista Javier Corral que vio en esa posición una cuota de poder, aunque el candidato haya sido el menos adecuado para el nivel de competencia.

Y el PRD estatal se dividió entre perredistas de Los Chuchos, los perredistas de René Bejarano que ya tomaron Oaxaca como espacio de acción y los seguidores del movimiento de López Obrador, pero las tres corrientes debilitadas por las quejas entre sí.

Y si se agrega el hecho de que el actual alcalde aliancista Luis Ugartechea, compañero de andanzas del gobernador Cué, fue marginado del proceso de selección de candidatos, entonces el escenario para la alianza PAN-PRD se presenta difícil, con el hecho agravado de que el gobernador Cué y el panismo de Madero dependen de esa victoria para evitar el desmoronamiento de una coalición que venció al PRI. El problema adicional de Madero radica en el hecho de que el PAN estatal ya no depende de panistas sino del expriísta-neopanista exgobernador Diódoro Carrasco, quien está más preocupado por restaurar relaciones con el PRI nacional que por ayudar al PAN. Como candidato a senador el año pasado, Carrasco hundió al PAN al tercer lugar.

En Puebla el dato más revelador fue la decisión del gobernador aliancista PAN-PRD Rafael Moreno Valle de marcar una distancia del proceso. En un encuentro con la comisión especial del Senado para dar seguimiento a procesos electorales, formada por el priísta Patricio Martínez, el perredista Manuel Camacho Solís y el panista José María Martínez Martínez, el mandatario estatal se comprometió a no presentarse en ningún evento de tipo electoral.

Como dato significativo de Puebla, es el único estado de los trece en los que habrá votaciones el próximo 7 de julio en el cual se creó un grupo bastante singular: la comisión plural estatal de preservación del entorno político de equidad de la competencia, presidida por el propio gobernador Moreno Valle, para recibir quejas de parcialidad electoral, entre ellas la emitida contra el presidente del Instituto Estatal Electoral sobre transferencia de votos que causó confusión. Esta comisión concluyó una llamada de atención al responsable del IEE, Armando Guerrero Ramírez.

Si en Oaxaca el problema se localizaba en la nominación del candidato aliancista en medio de las disputas del PAN, en Puebla el debate se abrió en torno al hecho de que el candidato PAN-PRD y chiquillería había salido del gabinete del gobernador. Pero la presencia de la comisión senatorial y la comisión plural local llevaron a la definición pública del gobernador Moreno Valle de mantener distancia del proceso, cosa que no ha ocurrido en otras plazas donde los mandatarios estatales son jefes de campaña de sus principales candidatos.

En Baja California se centran los problemas de Gustavo Madero como presidente del PAN porque le han exigido una presencia más abierta pero los conflictos al interior del partido lo tienen no sólo agobiado sino con una agenda restringida. En el PRD han comenzado ya algunas quejas contra el candidato PAN-PRD, el panista Francisco Vega De Lamadrid, por su ineficacia y su perfil asociado a guerras de palabras y no a trabajo en campaña. Su negativa a presentarse a un debate lo hizo perder espacios: se quejó de que el debate haya sido limitado sólo a internet, pero en realidad la discusión por su inasistencia saltó a los espacios públicos de medios escritos y electrónicos.

La crisis de Madero por su enfrentamiento con la mayoría de la bancada panista encabezada por Ernesto Cordero ha disminuido la movilidad electoral del presidente del PAN y del propio partido, en tanto que el candidato del PRI Fernando Castro Trenti ha recibido constantemente todo el apoyo de las figuras de peso pesado en el PRI, comenzando con el del diputado Manlio Fabio Beltrones y del senador Emilio Gamboa Patrón.

De hecho, la reelección de suyo difícil de Madero se volvería imposible si el PAN pierde la plaza simbólica de la gubernatura de Baja California, donde el PAN recibió, vía la concertacesión del entonces presidente Carlos Salinas de Gortari, su primer estado para gobernar. Y como fichas de dominó los gobiernos estatales panistas han caído en los últimos años, al grado de que Baja California depende más del PRD que del PAN.

Pero en BC tiene aún que lidiar con la personalidad compleja del candidato Vega De Lamadrid porque los perredistas tenían una figura de mejor talante y prestigio pero el PAN impuso la nominación. Si el PAN pierde la plaza donde inició su camino a la presidencia de la república hace cinco sexenios estatales, Madero quedaría prácticamente eliminado para su aspiración de seguir otro periodo como presidente del partido. 5 sexenios del PAN.

Los espacios para Madero se presentan limitados en las elecciones de julio: en Veracruz salió lastimado por depender tanto de Miguel Angel Yunes, en Oaxaca el senador panista Corral lo madrugó con un candidato débil, en Puebla depende de la figura política del gobernador Moreno Valle y en BC existe la percepción de que el PAN puede perder su bastión histórico, como antes ya desperdició sus gubernatura insignia de Jalisco, Chihuahua, Nuevo León.